Diez años de la Licenciatura en Desarrollo: se realizó panel titulado “Los desafíos del desarrollo desde la mirada territorial: ¿oportunidad de un desarrollo integral, humano y sostenible?”

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En el marco de los 10 años de la Licenciatura en Desarrollo (LED) se realizó el panel titulado “Los desafíos del desarrollo desde la mirada territorial: ¿oportunidad de un desarrollo integral, humano y sostenible?”. La mesa estuvo integrada por José Arocena, Enrique Gallicchio y moderada por Adrián Rodríguez Miranda, en representación de la Universidad Católica, la Universidad Claeh y la Universidad de la República (UDELAR). Tres universidades con larga trayectoria de trabajo en el tema.

La LED, desde su visión plural y de concepción interdisciplinaria, destaca la dimensión territorial y la formación de un Módulo Optativo Integral de Desarrollo Territorial en la licenciatura. El panel tuvo como propósito reflexionar y debatir sobre el tema desde la voz de las tres instituciones universitarias, sobre políticas, agentes, tendencias y visiones de desarrollo, en el marco de los desafíos y desde una perspectiva a futuro.

A continuación, se relatan los principales aportes de los expositores con dos focos distintos, desafiantes e interpelantes, asegura el moderador de la mesa.

La mesa inició con la presentación de Enrique Gallicchio (UCLAEH) con un análisis acerca de las políticas e instrumentos para la descentralización en Uruguay. Aclara que hoy en día hay reformas con contenidos positivos, con un Estado más cercano al territorio y descentralizado, pero con avances parciales. Afirma que la cuestión central para mirar el estado de descentralización, es observar si efectivamente “se ha movido la aguja” en los territorios. Respondiendo a esto, la reflexión que realiza es que, si bien hay mejoras en el andamiaje institucional, voluntad política, recursos y algunos indicadores, aún no se ha podido cambiar la matriz de inequidades territoriales que conllevan a una estructura de oportunidades similar desde hace años.

En la búsqueda de explicaciones al respecto, Gallicchio reflexiona sobre la lógica en cómo se ha llevado adelante la descentralización. En este punto, habla de una “territorialización de políticas” que aterrizan en el territorio con emergentes coordinados desde lo central y fragmentan la visión territorial del desarrollo, sin un espacio integral para discutir la toma de decisiones.

A partir de esto propone una nueva lógica, la construcción de políticas territoriales de forma horizontal y generando redes, donde el territorio se encuentre planificando y decidiendo sobre su futuro, con disponibilidad de recursos. De esta manera, la coordinación de políticas desde centro no es factible ya que en el territorio es donde puede existir la integralidad de las mismas, sin caer en la autarquía y el localismo.

A modo de conclusión y para dejar abierto el debate sobre el tema, Gallicchio afirma la necesidad de construir plataformas articuladas para el desarrollo territorial, con el propósito utilizar los recursos de la mejor manera posible. Esto, llevado adelante con los actores locales -entendiendo que la participación es tema fundamental- y fortaleciendo articulación en la gobernanza multinivel. Aquí hace referencia finalmente al concepto de agenda estratégica, como instrumento vivo y dinámico para trabajar sobre visiones estratégicas del territorio.

En segundo lugar, se dio paso a la presentación de José Arocena, quien realiza una reflexión y crítica desde el desarrollo territorial a partir de los conceptos de proximidad y aislacionismo. Plantea la problemática del territorio como problemática de proximidades.

Con el auge de la globalización se han generado propuestas integracionistas en el pasado reciente, pero últimamente ha habido un nuevo fenómeno en varios países de aislacionismo y proteccionismo.

Afirma que el aislacionismo “busca construir proximidades mediante la afirmación de una identidad determinada” y en este sentido, excluye a toda diferencia identitaria. En este punto, trae el concepto de rol nostálgico, rechazando todo lo que es distinto.

Asegura que en la sociedad actual se encuentran individuos cada vez más distanciados al mismo tiempo en el que se da la integración y la proximidad. Aquí trae ejemplos de la proximidad laboral y la proximidad virtual, que supera la distancia física y generan relaciones, aunque no tengan continuidad ni convivencia física.

A partir de esta reflexión Arocena plantea una serie de interrogantes: ¿estas nuevas proximidades estarán colaborando con borrar fronteras?; ¿esta sociedad en la que estamos entrando es a-territorial?; ¿los territorios virtuales son una forma de superar el emergente aislacionismo?; ¿dónde queda el territorio en todo esto?; ¿el ser humano sigue siendo un animal territorial?

Adentrándose en la discusión sobre el territorio, plantea que es muy difícil imaginarse una sociedad sin territorio, entendiendo al mismo como constructor de identidades. También, bajo los supuestos que el desarrollo territorial genera proximidades, confianza, vínculos y facilita comunicaciones en base a horizontes comunes. Visualiza al territorio como algo vivo, generador de relaciones humanas. Afirma que puede modificarse, pero nunca desaparecer efectivamente ya que funciona con la lógica de construir puentes, con horizontes compartidos, de diálogo y encuentro.

Arocena concluye que la construcción del actor colectivo se encuentra en juego y que el territorio es una herramienta y aclara que “siempre que evitemos el aislacionismo de lado y generar proximidades más allá de las fronteras, desde la interacción el actor puede proyectarse hacia afuera en un proceso que generará instancias de aprendizaje y de innovación territorial.”

A modo de cierre cita la última oración de su libro y concluye “es sobre la base de negociación entre diferentes que es posible el acuerdo en un marco de relaciones de poder asimétricas pero que no impiden concretar en torno a una visión común de futuro”.

Luego de las dos exposiciones, se abrió lugar a una extensa y rica ronda de preguntas e intercambios.

Las nuevas ideas de Arocena sobre territorios virtuales y proximidades fueron un punto atrapante, por lo que se discutió sobre su diálogo y perspectiva a futuro, así como la necesidad de construcción del actor colectivo.

También se debatió sobre el rol del conflicto y el territorio y la escala mínima para el desarrollo territorial. En este punto se profundizó sobre los temas de identidad y el excedente económico. Sobre recursos, se siguió conversando sobre las transferencias subnacionales y cómo “mover la aguja” en términos de equidad.

Finalmente se realizaron intercambios sobre el estado de descentralización de Uruguay, donde se puso en tela de juicio las actuales formas de división jurídico-administrativas del país, entendiendo que incluso en otro escenario, las divisiones departamentales no debieran existir. Esto dio paso a discutir sobre los partidos políticos, el voto cruzado y el marco normativo actual uruguayo, compuesto por leyes “de mínima” para la descentralización. Finalmente, la jornada cerró con reflexiones acerca de la cultura municipal en el país, donde es necesaria la construcción de capacidades de todos los niveles de gobierno para pensar la gobernanza multinivel, con un verdadero rol de gobierno local por parte de los municipios.

Texto y fotos: (Valentina Ríos)

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